jueves, 12 de febrero de 2009

Ahora que...


Ahora que llegó la hora de la verdad… es como si nada de lo que ocurre y me rodea fuese real… y al mismo tiempo, como si estuviera llegando al sitio donde debo estar. Es como si tuviera que despertarme de este sueño, pesadilla casi siempre, y volver a mi verdadero mundo real… pero también como si nunca hubiese estado más despierta. Siento que lo que estoy viviendo ahora es una vida ficticia, que no es mía, que debo volver al lugar de donde salí y del cual tal vez no debiera haber salido… pero también siento que mi verdadera vida aún está por suceder. No sé si esto que siento ahora son ganas de tirar la toalla, de rendirme ante el enorme esfuerzo que supone renacer, tomar por fin las riendas, encaminar mi vida hacia una existencia más plena ,… o simplemente son ganas de volver a casa, donde debo estar, reconociendo mi error. No hay mucho que me anime a seguir. Ya no creo demasiado en nada… en nadie… No creí que esto pudiera pasarme. No había imaginado que todo transcurriría así… Nunca pensé que estuviera alguna vez tan cerca de perder la esperanza de que realmente hay por ahí algo que merece la pena más que lo que hasta ahora me he encontrado… quizá lo que espero no existe, quizá debería poner los pies en la tierra. Quizá la consecuencia de tanto aspirar a una plenitud que nunca llega, de tanta esperanza, de tanta paciencia, no sea más que despertar un día, esta vez de verdad, y darte cuenta de que has malgastado tu tiempo corriendo detrás de ilusiones, de espejismos, de mentiras… y de mentirosos.