miércoles, 27 de febrero de 2008

Del amor y el egoismo

¿Se puede sentir el amor auténtico, el amor que es totalmente entrega, el amor carente de la más mínima brizna de egoismo por alguien más que por tu hijo? Quiero decir... en una pareja... puede darse esa clase de amor perfecto en el que sólo te preocupa el otro, sin importarte tú en absoluto... y viceversa? Me pregunto si es posible sentir por alguien ese amor que cuanto más crece, más libre hace al sujeto amado, más necesita verlo volar tranquilo, feliz y en libertad.
Me miro a mí misma, a mi propia experiencia... y miro también a mi alrededor, a otros seres humanos como yo que viven el amor de muy distintas maneras... y frecuentemente lo que encuentro al final de cada historia es un amor que cuando se va haciendo aparentemente más fuerte, necesita tener cada vez más cerca de sí al ser amado... un amor que quiere "poseer"... aunque lo amado necesite estar en otro lugar para ser feliz... Y me pregunto si esa es la mejor clase de amor a la que se puede aspirar... me pregunto si para poder llenarme de ese amor tan puro deberé esperar a ser una madre...

lunes, 31 de diciembre de 2007

Y sin embargo...

Ésta es una de mis canciones preferidas de mi autor favorito... maestro Sabina.
Maldita sea, podría ser yo quien la hubiera escrito...

"De sobra sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría por ti la vida entera,
por ti la vida entera.
Y, sin embargo, un rato cada día, ya ves,
te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera.
Ni tan arrepentido ni encantado de haberme conocido, lo confieso.
Tú, que tanto has besado,
tú, que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos que no has dado,
los labios del pecado.
Porque una casa sin ti es una emboscada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.
Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.
No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor, nunca contigo,
bien sabes lo que digo.
Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.
Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina
y bailes sin orquesta y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio el pan de cada día... "

domingo, 30 de diciembre de 2007

Los lobos interiores


Buscando por la red imágenes de lobos (uno de mis animales favoritos) para crear la primera cabecera del blog encontré esta historia. Me ha parecido interesante:


"Una anciana de una tribu estaba teniendo una charla con sus nietos acerca de la vida. Les dijo:


- ¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!... ¡es entre dos lobos! Uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, egolatría, competencia, superioridad. El otro es bondad, alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, dulzura, generosidad, benevolencia, amistad, empatía, verdad, compasión y confianza. Esta misma pelea está ocurriendo dentro de vosostros y dentro de todos los seres de la tierra.


Lo pensaron por un minuto y uno de los niños le preguntó a su abuela:


- ¿Y cuál de los lobos crees que ganará?


La anciana entonces respondió:


- El que alimentes."


Fantasmas

Hace un día estupendo. El sol brilla como si le diera igual que estemos en diciembre, oigo una actividad frenética proveniente de la calle y por fin he recuperado las horas de sueño perdidas en los últimos días… todo a mi alrededor me grita que me mueva, que salga, que aproveche tanta luz y tanta energía. Pero al parecer yo me empeño en ignorar las llamadas y los gritos estimuladores y me he quedado en casa deambulando y dándole vueltas a unas sensaciones internas que cada día me asustan más. Me asustan sobre todo porque son viejas conocidas, los fantasmas que vuelven a mi vida una y otra vez.