martes, 23 de diciembre de 2008

Puertas


La vida está llena de puertas. Hace falta valentía, decisión, buen humor, optimismo y una buena dosis de esperanza para ir abriéndolas según las vamos encontrando a nuestro paso. Abrirlas es condición ineludible para seguir avanzando… y eso las puede llegar a convertir en obstáculos ante nuestros ojos. A veces nos cuesta darnos cuenta de que no son más que eso, puertas que hay que atravesar para continuar nuestro camino… sólo continuar. No es un juego… pero tampoco es algo dramático hasta el punto de que debamos consentir que el miedo nos atenace a la hora de elegir por cuál de ellas vamos a pasar. No son más que puertas. Quizá no hay una mejor que otra… sólo son diferentes. Quizá no haya una opción equivocada. Tal vez la clave está en vivir las elecciones de nuestra vida como una aventura... con una cierta curiosidad por lo que encontraremos que sustituya, o al menos contrarreste, el miedo a lo desconocido, a lo incierto del futuro que nos espera tras la puerta elegida… creo que me estoy refiriendo a la ilusión. Pero el peor de los miedos es el que se tiene a perder lo que había tras las puertas desechadas. Ése es el terror que nos puede impedir avanzar… aunque quizá la clave es pensar que no hay una opción equivocada… sólo diferentes vidas posibles.

3 comentarios:

Jessik_Bokis dijo...

Hay quien cree que la vida es un pasillo por el que que vamos caminando hasta llegar a su final (a saber cuál). En ese pasillo no hay puertas, sólo ventanas, por las que puedes mirar de vez en cuando, distraerte, disfrutar...pero no puedes (debes) pasar por ellas, tienes tarde o temprano que dejarlas para poder seguir adelante, hasta llegar a dónde estás destinado... pero, obviando el destino... ¿acaso no podemos abandonar el pasillo?, acaso, ¿no hubo quien haya entrado por una ventana alguna vez?...no es lo normal, no es lo lógico, pero quizás sea lo que más necesitemos.

Luego hay puertas (hay quien las tiene), puertas que se abren y que no se pueden cerrar, puertas que debemos abrir nosotros, puertas que preferimos dejarlas abiertas, otras que debemos cerrarlas antes de poder entrar por otras (la corriente nunca fue buena), puertas con llave, llaves que no sabemos si encajan en las puertas... y así hasta infinidad de posibilidades que sólo tú podrás descubrir. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Sinceramente... nunca me gustó dejarme las puertas abiertas. Nunca sabes quién puede colarse...

Midhwen dijo...

Pues sí... hay infinitas posibilidades... tantas y tantas se me ocurrían que al final dejé la entrada en lo más básico, porque sino no iba a poder publicarla nunca, jajajaja. Por eso creo que lo mejor es dejarse "fluir" un poco... no digo ser unos completos inconscientes, pero si pensamos demasiado podemos llegar a quedarnos bloqueados ante tanta puerta abierta y cerrada, tanta llave y tanta cerradura... no puede ser tan complicado, tiene que ser mucho más sencillo en realidad. Por cierto, me gusta lo de las ventanas, quién sabe lo que puede entrar (o salir) por ellas.